A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo,
dos corazones en un mismo ataúd.
(Alphonse de Lamartine)
Sentado en la cama.... mi
mirada vacía se pierde en la inmensa oscuridad ....dos lágrimas gemelas surcan
mi cara...el sonido del teléfono móvil resquebraja el clímax del sitio...al
otro lado del cuarto la luz del teléfono móvil me indica el camino...parece un
mensaje...algo dentro de mi dice que no lo lea, que me va lastimar, que me va
ha hacer daño...los acelerados latidos de mi corazón acallan esa voz...el
raciocinio desaparece...apresurado me incorporo y dejo que ese pequeño haz de
luz me guié hacia mi destino, hacia mi final....cojo el teléfono sabiendo que
jamás volvería a ser el mismo...una sombra de miedo crece en mi interior... con
mano temblorosa abro el terminal...leo....................no...no…no…no…NO.NO.NONO.NOO...NOOOO...todos
los fantasmas que hasta el momento se habían hecho dueños hasta de mi propia alma
se confirman...el móvil cae estremeciendo el lugar al golpear contra el suelo...el
dios Thanatos se la había llevado......no puedes ser, tu no...Porque?...las
piernas me fallan...caigo de rodillas como si hubiera sido golpeado con gran
virulencia...mi cara se empapa con un liquido salino que sale de mis cuencas
oculares...Porque?, sigo preguntando sin aceptar la única verdad...el cuarto
parece mas oscuro, mas grande, mas vació...tanto pelear, tanto sufrir...Para
que?...la única persona que había luchado por mi, la única persona que había
creído en mi, la única persona por la que daría mi vida, yacía en un sueño
eterno... ella había muerto.
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